Una vez perdido el contacto con el avión, por radio y desparecido del radar, se dio la voz de alarma. En un principio se aseveró que el avión había caído en la zona comprendida entre las ciudades de Manresa, Sabadell y Terrassa. Sin embargo resultó extraño que en un área tan densamente poblada, la caída de un aparato de esa envergadura pasara oculta a los ojos de los ciudadanos.
Posteriormente se creyó que el aparato en uno de sus giros pudiese haber caído al mar a la altura de la ciudad de Mataró varias millas adentro.
A la 19:25 horas de la tarde se dio orden a todos los cuarteles de la Guardia Civil de la provincia de Barcelona en general y a los de Manresa, Sabadell, Terrassa y Mataró en particular de localizar el aparato desaparecido tanto en zona terrestre como marítima.
Durante toda la noche y madrugada se efectuarón trabajos de localización del aparato inglés Comet-4 de Havilland.
No fue hasta las seis de la mañana que un avión Fokker 28, reactor de una compañia que realizaba servicio regular entre Francfort y Barcelona, exclusivamente con carga, divisó los restos del avión siniestrado en una de las laderas del pico de Les Agudes.
Posteriormente se creyó que el aparato en uno de sus giros pudiese haber caído al mar a la altura de la ciudad de Mataró varias millas adentro.
A la 19:25 horas de la tarde se dio orden a todos los cuarteles de la Guardia Civil de la provincia de Barcelona en general y a los de Manresa, Sabadell, Terrassa y Mataró en particular de localizar el aparato desaparecido tanto en zona terrestre como marítima.
Durante toda la noche y madrugada se efectuarón trabajos de localización del aparato inglés Comet-4 de Havilland.
No fue hasta las seis de la mañana que un avión Fokker 28, reactor de una compañia que realizaba servicio regular entre Francfort y Barcelona, exclusivamente con carga, divisó los restos del avión siniestrado en una de las laderas del pico de Les Agudes.
Una vez en el aeropuerto de Barcelona, y realizada la descarga de la mercancía, fue solicitado por las autoridades aeroportuarias al comandante de dicho avión, D. Pedro Villagrán de Cárdenas, que realizase un vuelo de reconocimiento por la zona que se suponía había visto los restos de la aeronave británica. El comandante Villagrán de Cárdenas accedió a ello de inmediato, y a los pocos minutos de comenzar el vuelo, localizó los restos del siniestro e inmediatamente dio cuenta a la torre de control de Barcelona, continuando seguidamente su ruta al aeropuerto de Barajas.
Zona de Las Agudes dónde se estrelló el avión.
El helicóptero de la Tráfico de la Guardia Civil, destinado a sobrevolar la zona del accidente para la localización del aparato siniestrado, contaba con la valiosa orientación dada por el Fokker 28, aunque tropezaba con la dificultad de la niebla.
Varios helicóptero más sobre volaban la ladera de la montaña en busca del avión caído. Fue a las 11:15 de la mañana del día 4 de julio, cuando fue localizado definitivamente el avión por el helicóptero que tripulaba el comandante Romero, jefe del Sector de Tráfico de Cataluña de la Guardia Civil.
Varios helicóptero más sobre volaban la ladera de la montaña en busca del avión caído. Fue a las 11:15 de la mañana del día 4 de julio, cuando fue localizado definitivamente el avión por el helicóptero que tripulaba el comandante Romero, jefe del Sector de Tráfico de Cataluña de la Guardia Civil.
El helicóptero aterrizó en el Pla de L'Espinal, en las inmediaciones de una residencia de vacaciones de los Padres Salesianos, para poder comprobar la veracidad del hallazgo.
La Guardia Civil de Viladrau tenía otra orientación a través de tres jóvenes que la tarde anterior vieron pasar el aparato a muy baja altura y al conocer la noticia, se apresuraron a comunicar que a juzgar por el rumbo que seguía el avión pudo haberse estrellado en las inmediaciones de la finca de Can Regás.
Inmediatamente que se tuvo noticia de la localizacón del lugar del siniestro, acudieron hasta allí fuerzas de la Guardia Civil de la 413ª Comandancia de Gerona; la 13 Compañia de la 4ª Agrupación 9ª Brigada de la Cruz Roja de Barcelona; 110 bomberos de la Diputación de Barcelona, 36 Mozos de Escuadra de la Diputación de Barcelona, 25 voluntarios de la Cruz Roja del Parque Móvil de Barcelona, personal de las vecinas poblaciones de Viladrau y Arbúcies (Girona), Sant Celoni (BCN).
También se personaron autoridades civiles y militares de las provincias de Barcelona y Girona, el Juez de Instrucción de Santa Coloma de Farnés, Jefes provinciales de sanidad, personal de la compañia Dan-Air.
Támbien participarón técnicos y patólogos ingleses, un sacerdote anglicano, el Consúl y Vice- consúl británico en barcelona, así como 77 soldados y sus mandos del C.I.R. número 9 de Sant Climent de Sasebas.
Los primeros trabajos fueron muy penosos por falta de acceso fácil. Se recabó el auxilio de excavadoras y por la tarde se presentó una máquina que abrió paso, desde la carretera hasta el camino de bosque de la finca, dónde se había estrellado el avión. El trabajo fue difícil pero pronto se improviso una carretera muy útil para los servicios de emergencia.
Los primeros cuerpos rescatados.
Los primeros cuerpos rescatados eran siete u ocho, cuatro de ellos completamente calcinados. Un espectaculo verdaderamente estremecedor. En un radio de 500 metros se hallaban esparcidos los cadáveres de las 112 personas. Restos humanos colgados en las ramas de los árboles y todos completamente destrozados. varios de los cadáveres llevaban puestos los cinturones de seguridad.
Los distintos servicios de policía que intervinieron en la operación de auxilio fueron recogiendo joyas, pasaportes, dinero así como diverosos objetos personales, ropa y equipaje.
Un reloj perteneciente a uno de los infortunados viajeros estaba parado a la 7:40 horas.
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